Aymaras, quechuas o mestizas, las mujeres en Bolivia tienen un papel muy importante en la lucha social, ya que no sólo llegan a ser madre y padre de familia, sino también se incorporan a las organizaciones sociales para luchar.
Ejemplo de ello, fue la valentosa lucha de Bartolina Sisa, esposa de Tupac Katari líder indígena, quién observando el terrible sometimiento del que era objeto su pueblo por parte de los blancos europeos, quienes fungían en aquel entonces como autoridades, tomó conciencia y asumió una profunda convicción por redimir a su pueblo de las cadenas de opresión y luchar por la emancipación definitiva de las comunidades originarias andinas.
A partir de entonces las mujeres campesinas e indígenas de Bolivia se han incorporado a las diferentes luchas.
En 2000 y 2003, con la “Guerra del agua” y la “Guerra del gas”, respectivamente, las mujeres participaron activamente en las movilizaciones tanto en el campo como en la ciudad, ya sea para apoyar los bloqueos y las marchas durante el conflicto o simplemente en la organización de ollas comunes, la vigilancia nocturna, en el encierro de los mandos policías, para que no reprimieran al pueblo. El uso de utensilios de cocina, palos y piedras no han sido utilizados como armas de defensa del pueblo o estrategias de lucha, su importancia radica en haber dado un estatus político a lo privado, rompiendo con la lógica de la jerarquía patriarcal.
Si bien las mujeres fueron parte activa de las movilizaciones, no ocurrió lo mismo en el nivel de instancias de dirección donde se tomaban las decisiones y se actuaba como interlocutor del Gobierno.
Actualmente las mujeres (indígenas principalmente) se unen para luchar contra el racismo y la discriminación del que han sido objeto por años, no sólo socialmente sino también en su seno familiar, tomando como ejes los siguientes puntos:
· Reconocimiento del trabajo de las mujeres en la sociedad.
· Inclusión de la mujer en la toma de decisiones políticas y participación sin exclusión alguna, sea por origen social, color de piel, lugar de trabajo o condición económica.
· Igualdad en la titulación de tierras.
· Reconocimiento de la capacidad productiva de las mujeres.
Por lo que consideran importante impulsar, promover, apoyar y fortalecer el proceso de cambio con la unificación de todas las Organizaciones de las Mujeres de Bolivia, la cual debe basarse, en tres pilares fundamentales que son: Fortalecimiento organizacional, capacitación y profesionalización técnica y académica, para ser eficaces y protagonistas en el proceso de cambio.
“Entonces yo ya no quiero quedarme en mi casa, quiero participar por que también tengo el mismo derecho. Entonces por eso hay que comenzar a organizarse, las mujeres debemos capacitarnos… hay fuerzas para poder participar y aprender. Somos fuertes a lo menos en nuestras comunidades ya no tenemos miedo, nos aprovisionamos de nuestros alimentos y vamos nomás a la lucha”.
A partir de entonces las mujeres campesinas e indígenas de Bolivia se han incorporado a las diferentes luchas.
En 2000 y 2003, con la “Guerra del agua” y la “Guerra del gas”, respectivamente, las mujeres participaron activamente en las movilizaciones tanto en el campo como en la ciudad, ya sea para apoyar los bloqueos y las marchas durante el conflicto o simplemente en la organización de ollas comunes, la vigilancia nocturna, en el encierro de los mandos policías, para que no reprimieran al pueblo. El uso de utensilios de cocina, palos y piedras no han sido utilizados como armas de defensa del pueblo o estrategias de lucha, su importancia radica en haber dado un estatus político a lo privado, rompiendo con la lógica de la jerarquía patriarcal.
Si bien las mujeres fueron parte activa de las movilizaciones, no ocurrió lo mismo en el nivel de instancias de dirección donde se tomaban las decisiones y se actuaba como interlocutor del Gobierno.
Actualmente las mujeres (indígenas principalmente) se unen para luchar contra el racismo y la discriminación del que han sido objeto por años, no sólo socialmente sino también en su seno familiar, tomando como ejes los siguientes puntos:
· Reconocimiento del trabajo de las mujeres en la sociedad.
· Inclusión de la mujer en la toma de decisiones políticas y participación sin exclusión alguna, sea por origen social, color de piel, lugar de trabajo o condición económica.
· Igualdad en la titulación de tierras.
· Reconocimiento de la capacidad productiva de las mujeres.
Por lo que consideran importante impulsar, promover, apoyar y fortalecer el proceso de cambio con la unificación de todas las Organizaciones de las Mujeres de Bolivia, la cual debe basarse, en tres pilares fundamentales que son: Fortalecimiento organizacional, capacitación y profesionalización técnica y académica, para ser eficaces y protagonistas en el proceso de cambio.
“Entonces yo ya no quiero quedarme en mi casa, quiero participar por que también tengo el mismo derecho. Entonces por eso hay que comenzar a organizarse, las mujeres debemos capacitarnos… hay fuerzas para poder participar y aprender. Somos fuertes a lo menos en nuestras comunidades ya no tenemos miedo, nos aprovisionamos de nuestros alimentos y vamos nomás a la lucha”.
L. García