18 de octubre de 2010

El agronegocio del etanol en México




La producción de energía primaria en México está altamente concentrada en los hidrocarburos, además mostrándose como un exportador por el volumen de sus exportaciones petroleras.

Ahora bien, en cuanto a la producción del etanol en México, éste se obtiene básicamente de la caña de azúcar, el cual se produce a través de la fermentación de los azúcares o del almidón extraído de la biomasa de ciertos cultivos. El etanol anhidro tiene principalmente dos usos: como materia prima para oxigenar las gasolinas y como sustituto de las mismas, previa combinación en diferentes porcentajes. Hay que decir que no todo el etanol que se produce en México es anhidro.

En el país se producen cerca de cinco millones de toneladas de azúcar y aproximadamente 56 millones de litros de etanol.

Se estima que la capacidad instalada para etanol combustible sería entonces de 33 millones de litros por año, producidos fundamentalmente en los ingenios La Gloria y San Nicolás, ambos ubicados en el estado de Veracruz.

Cabe señalar que en abril de 2007 el gobierno de México propuso convertir al país en exportador de biocombustibles a América del Norte, con la producción de siete mil 840 barriles diarios de etanol con el “Programa Nacional de la Agroindustria de la Caña de Azúcar”.
Dentro de éste, destaca la apuesta a la producción de biocombustibles y se plantea la meta que en 2012 se produzcan 60.7 millones de toneladas de caña de azúcar, incluyendo 6.5 millones para la elaboración de etanol.

Desventajas del Biocombustible

Con la producción de etanol en México se estaría enfrentando al altísimo riesgo de poner cada vez más a la población en condiciones vulnerables, ya que por una parte se estarían desplazando a muchas comunidades de sus tierras y por otra poniendo en mayor riesgo una crisis alimentaría, siendo el maíz el grano básico en la alimentación. De esta forma, se entra en la disyuntiva de producir alimentos o biocombustibles. Por lo que esto pondría a la población en condición de mayor marginalidad.

Por otra parte, a nivel mundial, este tipo de estrategias generan monocultivos y desplazamientos de áreas, no sólo arrasamos con bosques, selvas y otras cosas para dar paso estos cultivos, también existe pérdida de biodiversidad, desgaste de suelos y destrucción de espacios que tienen otro destino.

Geopolítica del Biocombustible

Dentro de las razones por las cuales se quiere producir etanol en México, tienen su origen cuando se aplica el fase track a una ley que estuvo guardada, justamente hasta después de la gira por Latinoamérica de George W. Bush, que se concentró en Brasil, el principal productor de etanol para fines energéticos y con quien con el vecino del norte negoció la multiplicación considerable de la producción carioca de biocombustible y la compra integral de la manufactura del carburante, para llevar a cabo su estrategia energética.

Esta táctica es muy ambiciosa debido a su irracionalidad, pues la Unión Americana tiene el 82% de déficit de etanol, sin embargo, para evitar un desplome, en dado caso de que no logre su objetivo, le están poniendo arancel al alcohol de Brasil, además de un precio tope. La idea de Estados Unidos es obtener para el 2017 alrededor de 35 mil millones de galones de etanol, el arancel y el tope son para soportar el déficit.
Una consecuencia más de la producción de etanol en México sería la utilización de transgénicos. Se buscaría mucho el aumento de la producción por hectárea, actualmente se habla de cultivos genéticamente modificados para obtener la máxima productividad, que al final de cuentas, contaminarían, ya no sólo se habla de contaminación para fines alimenticios, actualmente es también para las cadenas alimentarias y la biodiversidad.
En cada caso, por qué producir con caña y no con maíz o viceversa. La discusión surge porque en el continente americano las dos materias primas tradicionales son el maíz y la caña de azúcar, mientras que en Brasil se usan las dos. En un plano neutro se debe a que la tecnología de la caña de azúcar es más eficiente que la del maíz y porque si hablamos de fermentación el azúcar inmediatamente lo hace, en cambio el maíz tiene un almidón que requiere pasar por un proceso antes de ser azúcar que se fermente, es decir, hay un paso adicional y, por lo tanto, desde el punto de vista de procesos no es lo mismo partir de un almidón que de un azúcar para producir alcohol.

Además con la combustión del etanol se producen más gases del efecto invernadero que con otros combustibles y su elaboración, a partir del maíz, origina grandes cantidades de bióxido de carbono, elemento que también contribuye al calentamiento global, 6.4% más gases de efecto invernadero que cualquier otra vía. Además de considerar el uso de fertilizantes para el cultivo de la materia prima, a lo cual se suma el uso de agua, ya que se utilizan de cuatro a seis litros de agua por cada litro de etanol.

Lourdes García

6 de septiembre de 2010

¿Proyectos de “desarrollo” o de despojo?





Se calcula que existen al menos 381 proyectos para construir presas hidroeléctricas, a lo largo de Centroamérica hasta el sur de México.
En 2008 se inició la construcción de la presa hidroeléctrica de El Chaparral, en el noreste de El Salvador, por la multinacional constructora italiana Astaldi S.P.A. Se espera que esté terminada para inicios de 2013. Este proyecto afectará al menos a unas 11 mil personas de 5 comunidades (San Luis de la Reina, San Antonio del Mosco, Carolina, Nuevo Edén de San Juan y San Gerardo).
Estos pueblos viven de la tierra, en una economía de subsistencia del maíz, y los terrenos de 100m2 se los han comprado por tan sólo $60 dólares.
Por ello, se han levantado en contra, realizando bloqueos y protestas en San Salvador, para defender sus tierras.
Además, el proyecto viola el convenio 169 de la OIT ya que no se realizó ninguna consulta con las comunidades locales.
Con la represa, más de 8.5 kilómetros cuadrados de tierras quedaran bajo el agua, incluidos sitios paleontológicos precolombinos de la cultura lenca. Además, la manipulación del cauce del río Torola implica grandes daños a la flora y fauna de la zona.
Asimismo, en El Salvador se pretende agrandar la Central Hidroeléctrica Cerrón Grande, agregando una tercera unidad. Esta hidroeléctrica ha causado grandes daños ambientales y el desalojo de cientos de personas. En Guatemala, el grupo empresarial Terra planea construir la represa Hidro Xacbal, en el departamento de Quiché, la cual será la presa más grande de Centroamérica. El dueño de Grupo Terra es de origen hondureño y es uno de los empresarios más poderosos, pero a la vez es uno de los 10 empresarios hondureños acusados de haber financiado y apoyado el golpe de estado en ese país a mediados de 2009.
Por su parte, el Proyecto Mesoamérica, sólo en Chiapas, México, contempla la construcción de más de 10 represas hidroeléctricas. Y en el estado de Guerrero, pese a la determinante oposición del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop), el gobierno sigue insistiendo en dar impulso a la presa hidroeléctrica La Parota. Frente a ello integrantes del Cecop han declarado: "Desde ahorita lo decimos: estamos en contra de ese proyecto porque no hay desarrollo y no vamos a permitir que las trasnacionales venga a invadirnos; vamos a defender nuestras tierras…”
En agosto de 2009, el gobernador de Chiapas Juan Sabines inauguró junto a representantes de los diez países de Mesoamérica una planta de biodiesel en Puerto Chiapas, la cual producirá más de 12 mil litros de biodiesel por día a partir de la siembra de piñón (semilla procedente de la piña)y la palma aceitera. La planta fue construida con asesoramiento y tecnología colombiana. En Colombia, el negocio de los agrocombustibles ha deforestado vastos territorios convirtiéndolos en desiertos verdes, sin comunidades campesinas e indígenas, las que han sido expulsadas de forma violenta de sus tierras para dar paso a la palma de aceite y otros cultivos para agrocombustibles.
En la región colombiana del Chocó, una de las zonas más biodiversas de América, miles de hectáreas están siendo deforestadas, quemadas, y plantadas con palma africana. Además, en países como Malasia e Indonesia, la expansión de los cultivos de palma de aceite es la mayor causa de deforestación.
Al igual que el Proyecto Mesoamérica, el Corredor Biológico Mesoamericano es financiado por el Banco Mundial, el BID y donaciones de países europeos, así como de Japón y Estados Unidos. Cuando el Plan Puebla Panamá surgió en 2001, nunca fue clara la relación entre éste (ahora Proyecto Mesoamérica, en su segunda etapa) y el Corredor, ya que el PPP abriría el camino a las empresas trasnacionales y a los gobiernos para la apropiación de la vasta riqueza biológica de la región, organizada ahora bajo la lógica del CBM.
Ahora el Proyecto Mesoamérica pretende dar un nuevo impulso y reforzar estos patrones que bajo el disfraz de la conservación habilitan el paso hacia el acaparamiento de los recursos, por medio de proyectos como el ecoturismo, la biopiratería (práctica ilegal que se utiliza la biodiversidad en países en desarrollo con fines de explotación comercial), la venta de servicios ambientales, las patentes y los agronegocios. El resultado sigue siendo el despojo del territorio, la mercantilización de la biodiversidad y la consecuente afectación de los ecosistemas.

Lourdes García

21 de agosto de 2010

El trabajo infantil en Bolivia: de lustradores de zapatos en la ciudad de La Paz hasta limpia parabrisas en Santa Cruz





Actualmente unos 800.000 niños y adolescentes trabajan en Bolivia, de estos más de 300.000 corresponden a niños menores de 14 años.
Con frecuencia el trabajo infantil se relaciona con la falta recursos económicos para solventar los gastos familiares, siendo este un gran apoyo para la familia, pero también un factor importante de la deserción escolar. Por lo que, los niños se enfrentan al campo laboral bajo condiciones de trabajo que en muchas ocasiones perjudican su salud, pues no sólo llegan a laborar más de 8 horas diarias, sino que las condiciones en que realizan las actividades son dañinas para su estado físico y mental, inclusive, pues éstas se realizan en condiciones de explotación si se trata del salario, además de falta de un seguro médico.
Los niños trabajadores se encuentran más en los tres departamentos del eje central, (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz); estos tres contabilizan cerca del 70% de los niños que trabajan en todo el país.
Analizando los sectores de este trabajo, hay una gran constante en el sector agropecuario, es decir, por departamentos el promedio nacional del 70% de los niños que trabajan, lo hacen en este sector, ya que el trabajo de los niños esta integrado en las relaciones familiares. Sin embargo, el sector comercio y el de la industria manufacturera son los que también atraen mayor número de mano de obra infantil.
Por otra parte, los trabajos que realizan los niños en la ciudad de La Paz son: lustrado de zapatos, cargadores en los mercados, voceadores en buses del transporte público, etc. La mayor parte de los niños trabajan como lustradores de zapatos, ya que la inversion inicial es poca, además que es un trabajo ambulante. Sin embargo, existe una cierta reparticion territorial. El tiempo de trabajo es de 5 horas, pero llega a ser hasta de 12 horas para aquellos que no asisten a la escuela. Otra actividad importante que realizan los niños en La Paz, es de cargadores, quienes principalmente trabajan en los mercados y estaciones.
También, podemos encontrar a los niños del cementerio, esta actividad consiste en la preparacion y mantenimiento de las tumbas, de los arreglos florales. Un dato interesante es que la gran mayoría de los niños trabajadores de La Paz viene de El Alto.
Cochabamba, que es una ciudad comerciante y centrada en la oferta de servicios, tiene bastante mano de obra infantil, en este sector. Los niños venden de forma ambulante una gran variedad de productos (cigarros, caramelos y helados, principalmente), caminando en las calles, en las estaciones de las termianles de buses, trabajan dia y/o de noche.
Pero tambien, en la ciudad de Sucre podemos encontrar a un número importante de niños vendedores de periódicos, se levantan muy temprano en la mañana, y su jornada dura hasta el mediodia más o menos.
Santa Cruz, que ha sido motor económico, en los últimos años ha sido el centro de una emigración masiva, procediendo sobretodo del Altiplano. En esta ciudad, podemos ver a niños “hurgadores” de basureros, quienes comienzan su jornada al amanecer, cuando no hay nadie en las calles, para después terminar antes de que la ciudad se despierte del todo. Hay niños que hurgan en los basureros para recoger papeles, plásticos y botellas, que después venderan.
Otra labor importante, que desarrollan los niños en esta ciudad, es de cuidadores de coches y lavadores de parabrisas, esto lo hacen en las principales avenidas, quienes en este último lo hacen cuando el semáforo se pone en rojo.
Por su parte, los deparatamentos de Oruro y Potosi, también acogen a los niños trabajadores quienes a la edad de once años se incorporan a la mineria.
Así, vemos que la infancia de estos niños pasa desapercibida, en algunos casos no existe, pues se incorporan a la vida laboral demasido pronto, muchos de ellos salen de sus casas para encontrarse al mundo laboral y cuando regresan su infancia ya se les ha sido arrebatada.

Lourdes Garcia

18 de mayo de 2010

La Rinconada: Entre el fango y el oro



En la ciudad de Juliaca, cercana a Puno (Perú) ciudad del altiplano andino situada a 3,850 metros sobre el nivel del mar, en las orillas del lago Titicaca, hay autobuses que parten hacia el pueblo minero llamado La Rinconada.


Llegando a Juliaca, de día hace más frío que en Puno, mientras que de noche el termómetro desciende a -5 grados Celsius.


Podemos ver vendedores de maíz tostado que se amontonan alrededor del bus que nos conduce a la sierra, mientras uno intenta acomodarse dentro del bus rodeados de jaulas de gallinas y paquetes voluminosos.


Una vez en la carretera llena de huecos y riachuelos transversales, el autobús va muy rápido y las vibraciones son tan fuertes que los viajeros saltan de vez en sus asientos y los paquetes caen con frecuencia al suelo. En poco tiempo, el interior del bus se llena de polvo y la temperatura baja precipitadamente. Ya en el altiplano, a aproximadamente 4600 metros sobre el nivel del mar, el paisaje se vuelca, se puede ver el Nevado Ananea de 5850 metros sobre el nivel del mar, cuya cima sobresale indiscutiblemente.


Llegando a La Rinconada, en todos los alrededores se pueden observar grandes huecos, como si la tierra fuera un enorme gruyer. De estas fosas se extrae el mineral del cual se saca oro después de un procedimiento especial.


El camión se detiene en Ananea, capital del municipio que comprende también a La Rinconada. Ananea se encuentra a aproximadamente 4800 metros sobre el nivel del mar. Se pueden ver excavadoras y perforadoras, que sirven para transportar grandes cantidades de mineral.


Después de pocos minutos proseguimos el viaje, se puede observar un lago, lamentablemente muy contaminado de mercurio y antimonio, necesarios para la extracción del oro.

El camión continúa subiendo y la mirada recae en el enorme glaciar Ananea, preciosísima fuente de agua pura. Justo bajo el glaciar está La Rinconada, la cual, estando situada a 5400 metros sobre el nivel del mar, es el pueblo más alto del mundo. Tiene una población aproximada de 11 000 habitantes.


Una vez en la explanada principal de La Rinconada se siente una enorme dificultad de respirar debido a la altura y al frío punzante que da la bienvenida a este pueblo minero.


Entonces surge la pregunta de por qué una aldea fue construida al lado de un glaciar. La razón es simple: la mayoría de los 27.000 habitantes eran pobres campesinos del altiplano que se transfirieron a La Rinconada con la ilusión de enriquecerse. Ocuparon un pedazo de montaña y allí construyeron su propia casa, hecha de láminas de zinc, ladrillos y totora. Sacan el mineral de profundos túneles en las proximidades de su hogar y luego lo procesan para extraer oro del mismo. La mayoría de ellos no está al día con los permisos ni con los impuestos peruanos y por tanto, vende el codiciado metal a comerciantes informales que, a su vez, lo revenden en los mercados de Juliaca.


Casi ninguno se enriquece, y los mineros sobreviven en un extraño universo paralelo y gélido. En efecto, la temperatura, a causa de la elevada altitud, desciende a -23 grados Celsius de noche, mientras que de día no supera los 10 grados.


Las condiciones de vida son muy difíciles, ya que aún estando a menos de 600 metros en línea recta del enorme glaciar, en el pueblo no hay agua corriente. Para lavarse, utilizan recipientes de agua helada, la cual de noche se congela. El agua proviene de Ananea, pero no está canalizada en tuberías, sino que se vende en cubos. Algunos la acumulan en los techos de sus cabañas, pero el zinc del que están fabricados la contaminan y quien la bebe, evidentemente se arriesga.


Además, en La Rinconada no hay alcantarillado. Hay baños públicos, que en realidad son “pozos negros”, los cuales deben ser vaciados con frecuencia. No se entiende como es posible, para un pueblo construido literalmente en una mina de oro, no tener agua corriente ni alcantarillas. Así, aún a pesar de estas condiciones la gente no se ha reunido nunca para formar algún comité que se dedique a mejorar las condiciones del pueblo.


Otro aspecto desconcertante de la vida de este centro minero es la falta total de algún tipo de calefacción. A decir verdad, también en Juliaca o en Puno (ciudades bien frías), ninguno utiliza calefacción central ni simples estufas de leña. Esto sucede, en parte, porque la leña no abunda, pero también porque los peruanos están acostumbrados a dormir con muchas cobijas y extrañamente, no sienten la necesidad de una estufa. La estancia en los “hoteles” es difícil ya de por si por el frío, que por 7 soles (3 dólares), ofrecen una cama con 5 o 6 cobijas en una habitación de 2 x 1,5 metros. Para orinar se debe salir (de mucha ayuda es la clásica bacinilla de noche), pero teóricamente, para otras necesidades, se tendría que ir al baño público, ubicado en la calle, a unos 200 metros del hotel.


Los problemas de vivir en el pueblo de la mina de oro más alto del mundo no se han acabado: la mayoría de la gente construyó su propia casa precariamente, sin los fundamentos apropiados y por tanto, el peligro de que se desmoronen o se derrumben es constante. En el poblado no existe un servicio para deshacerse de los residuos, lo más grave es que pareciera que a nadie le importa, puesto que cerca a la escuela hay un gran basurero donde los niños juegan junto a perros, llamas y alpacas.


La situación sanitaria es precaria, dado que muchos mineros sufren de cólicos, fuertes dolores de cabeza y náuseas a causa del mercurio utilizado en el proceso de extracción del oro. Muchos niños tienen diarrea crónica por falta de agua corriente y servicios higiénicos básicos.


Andando en la noche la mayoría de los oscuros antros iluminados por lúgubres luces rojas son sórdidos prostíbulos donde a menudo trabajan jóvenes menores de edad que provienen de varias ciudades de Perú. Caminar de noche en La Rinconada no es muy seguro porque hay pocos policías y mucho alcoholismo. Hay constantes peleas que a veces terminan en cuchilladas.


La falta de oxígeno, el frío punzante y los persistentes pregones de los vendedores de tiquetes de autobús hacia Juliaca, no permite conciliar el sueño.


En La Rinconada hay varias cooperativas cuyos socios son los concesionarios de las diferentes galerías subterráneas. La vida laboral de los mineros se rige por el llamado sistema de cachorreo, que consiste en trabajar todo un día sacando oro para un empleador, quien por pago no le da alimentos ni dinero a su eventual trabajador, sino la oportunidad de buscar durante todo el día siguiente, el mineral que pueda sacar.


El trabajo entonces, se hace penoso e intenso. Los hombres combaten el cansancio y el frío mortal del hielo chacchando coca, mientras acarrean decenas de kilos de mineral en la espalda, y las mujeres y niños pallaquean o seleccionan posibles champas de mineral escarbando en el desmonte, antes de molerlo en los quimbaletes.


El mineral obtenido luego de horas enteras de pico y pala es sometido a un particular procedimiento. Inicialmente, es machacado en morteros especiales para separarlo de las piedras. A continuación se le agrega el mercurio, que se adhiere al oro formando una amalgama. Recalentándola, se obtiene finalmente el oro, puesto que éste se separa del mercurio cuando se le somete a elevadas temperaturas. Por lo general, después de este proceso, se obtiene un gramo de oro de aproximadamente 50 kilos de material.


Por otra parte, en el mercado de La Rinconada se vende carne de gallina, cerveza, patatas, quinua, pero también camisetas, edredones, cobijas, botas e instrumentos para cavar: palas, picos, cascos, cuerdas, lámparas, etc. Con frecuencia, estos negocios son propiedad de los mismos comerciantes que compran oro a precios sumamente bajos, con el fin de lucrarse posteriormente de las reventas en las ciudades.


La Rinconada parece ser un círculo vicioso, donde nadie logra enriquecerse pero todos sobreviven, un grotesco círculo dantesco donde cada uno sueña con su El Dorado resplandeciente, para después encontrarse, en cambio, con la dura realidad de una vida de privaciones, en la total carencia de seguridad laboral, social y sanitaria.


"Buscar oro aquí es la única oportunidad que he encontrado para ganarme la vida y mantener a mi esposa y dos hijos'', dijo el minero informal, mientras se refugia con su familia del aire helado de la puna bajo una carpa de palos y rasgados plásticos.


Y es que en Perú, octavo productor mundial de oro, donde escasean los trabajos y más de la mitad de sus 26 millones de habitantes viven con $1.25 dólares por día, muchas personas deben hacer milagros para llevarse un pan a la boca.


Así, en un buen día de trabajo un minero puede sacar hasta cuatro gramos de oro y cobrar hasta $6 dólares por gramo, pero en uno muy malo, que son la mayoría, nada, salvo un agudo dolor de espalda y los llantos de reclamo de los hambrientos hijos.


Lourdes García

26 de abril de 2010

La resistencia de los indígenas del Cauca


La resistencia indígena comunitaria del Cauca, encuentra su origen y se nutre de la resistencia histórica o ancestral de los pueblos indígenas asentados en este departamento, en la parte suroccidental de Colombia.
Actualmente, están conformados por nueve pueblos indígenas que se asientan en 77 resguardos (comunidades) y que representan una población estimada en 255.486 indígenas.

En forma ejemplarizante, desde su resistencia ancestral, los pueblos indígenas de Colombia han logrado pervivir a distintas violencias, en las últimas décadas se han convertido en importantes actores sociales y políticos, y aportan al proceso de construcción de paz en este país.

Los pueblos indígenas del Cauca, generadores del movimiento indígena en Colombia, en los últimos treinta años se han comprometido con propuestas y acciones no violentas en torno de la recuperación, el fortalecimiento y la protección de sus culturas, su ejercicio de autonomía, y el desarrollo de un proyecto político que ellos identifican como la “construcción de un nuevo país y un mundo posible y deseable", esta visión es similar a la de los zapatistas en Chiapas.

La resistencia indígena del Cauca es histórica, compleja, y fuerte. Ésta constituye una experiencia de construcción de paz desde la base y mediante mecanismos no violentos. Tiene características propias, se expresa en escenarios locales y zonales que se articulan en el regional, y en diversas propuestas y estrategias. Todas ellas se alimentan y retroalimentan dentro de dinámicas propias y participativas, y diversas estructuras que han hecho posible la unidad en la diversidad.
Este departamento se ha caracterizado por la persistente huella de la historia en la generación de profundas desigualdades, diversas formas de exclusión e injusticia social; la composición multiétnica y pluricultural de su población; expresiones de acumulación de riqueza y de pobreza extrema; presencia de diversas modalidades de violencia; y la emergencia y consolidación de movimientos sociales, iniciativas de paz desde la base y experiencias de resistencia civil.
En el contexto actual, en el marco de la política de seguridad democrática del Estado, se ha registrado una mayor militarización de las comunidades, dado que además de la tradicional presencia de los actores armados que se asientan en el territorio, ha ingresado la Policía Nacional, se han instalado Batallones de Alta Montaña, y se han conformado soldados campesinos y redes de informantes.
Las diversas formas de resistencia indígena del Cauca, están visiblemente marcadas por experiencias que han sido generadas desde las bases, en lo local, zonal y regional, estas experiencias no han emergido como producto de iniciativas o imposiciones desde afuera, sino desde la iniciativa de sus necesidades, aspiraciones y procesos propios, las cuales son acciones colectivas en torno de la transformación de la realidad.
La fuerza convocante de los valores que defienden o banderas de lucha, como la vida, la autonomía, la cultura, el territorio, la unidad, la integridad de sus comunidades, el reconocimiento de la diversidad étnica, y propuestas alternativas de desarrollo propio, desde su cultura y necesidades. También, su oposición a modelos económicos homogeneizantes, como la globalización y el tratado de libre comercio.
La incidencia de la planeación en la emergencia de las experiencias, su desarrollo y proyección, y en el ejercicio de la resistencia no violenta. En tal sentido, se educa a las comunidades para asumir esta resistencia, se construyen de manera participativa y comunitaria los planes y manuales de resistencia civil, y estos procesos a su vez son concebidos como planes de vida de los pueblos indígenas.
Cuando el conflicto armado se expresó con intensidad en sus territorios en detrimento de sus banderas de lucha, la resistencia indígena se ejerció también contra esta modalidad de violencia y todos sus actores, mediante estrategias no violentas como el diálogo, la “guardia indígena”, los manuales de resistencia civil, la formación para la resistencia civil, las asambleas permanentes, las movilizaciones masivas, las mingas en resistencia, los pronunciamientos de autonomía y acciones directas no violentas para la protección de las comunidades, la defensa de la autonomía y la liberación de secuestrados.
Las estrategias de resistencia civil indígena también han consistido en movilizaciones masivas, como la realizada en septiembre de 2004 que convocó aproximadamente a 70.000 indígenas; decisiones de congresos regionales y zonales que han dispuesto como forma de intercambio el trueque de productos entre cabildos y zonas, y el consumo de los productos que se cultivan en los resguardos para no depender de los que se traen de afuera; la capacitación sobre el significado y el impacto de la globalización; y las relaciones interétnicas, entre otras.
En términos generales puede afirmarse que la resistencia indígena comunitaria del Cauca se ha ejercido en forma integral, como mecanismo de lucha y de defensa, contra la violencia estructural, la violencia del conflicto armado y el modelo económico neoliberal.
Así, para poder enfrentar y resistir esta embestida, su resistencia está condicionada a sus principales fortalezas comunitarias, como lo es la unidad, ya sea como mecanismo de lucha política o como sistema de defensa frente al conflicto armado.
Por otra parte, se destaca la particular concepción indígena de la educación, como una responsabilidad que desborda la tradicional relación entre docente, estudiante y escuela, para comprometer a la familia y a la comunidad en general. En igual forma, la diversidad de espacios educativos como el fogón, las asambleas comunitarias, los congresos zonales y regionales, los encuentros, los centros de educación y los rituales.
Otro factor que fortalece la resistencia indígena comunitaria del Cauca, es el pensamiento estratégico de los pueblos indígenas, ya que equivale a actuar en el presente, es decir, pensando en el futuro, previendo los costos y los beneficios de las acciones, dando un paso adelante.
En cuanto a la organización comunitaria, ésta es una de las principales estrategias de la resistencia indígena comunitaria del Cauca, ya que soporta su ejercicio y la dinamiza, al punto que sería imposible hablar de procesos de resistencia civil indígena prescindiendo de ella.
La participación comunitaria es pieza relevante, ya que por medio de asambleas comunitarias y los congresos regionales, congregan en espacios de hasta 6 días a colectivos integrados por 2.000 ó 5.000 indígenas, y se han registrado congresos de gran magnitud como el realizado en Jambaló en diciembre de 2002 que convocó a 17.000 indígenas.
También, se aprueban iniciativas para proyectos productivos, se decide el gasto de los presupuestos de las localidades y la distribución del mismo.
La estrategia de las asambleas permanentes, consiste en la identificación comunitaria de sitios próximos a las localidades, en los que las comunidades pueden refugiarse y deliberar para protegerse del impacto del accionar de los actores armados o de las confrontaciones entre éstos, pudiendo regresar a sus lugares de origen una vez se haya conjurado el peligro. Estos sitios son adecuados como centros de acogida, en ellos se guardan provisiones y se instalan unidades sanitarias.
La guardia indígena, constituye una de las más importantes estrategias de la resistencia indígena comunitaria de los pueblos indígenas del Cauca, pues se destaca porque no sólo recibe la formación estrictamente relacionada con su misión de protección, sino también y en forma complementaria en derechos humanos, derecho internacional humanitario y mecanismos alternativos de resolución de conflictos.
En cumplimiento de su misión la “guardia indígena” acompaña las movilizaciones masivas de los pueblos indígenas; los congresos regionales; afronta a los actores armados sin armas, sólo con la persuasión y el diálogo; brinda la seguridad a visitantes destacados durante su visita a los territorios indígenas.
Es así como vemos que las diversas estrategias de resistencia son más que la lucha, en ella emana la construcción de espacios autogestivos, los cuales se asientan bajo principios del equilibrio y la armonía; pero también, de la necesidad urgente de proteger la vida, las autoridades, el territorio, la autonomía, la cultura, los procesos organizativos, los planes de vida, las experiencias de resistencia civil indígena, y la superviviencia de los pueblos.

“(...) la resistencia indígena, no es de fuerza. Es una resistencia del control, y de que tenemos que defender la vida de cada pueblo indígena, de cada uno de nosotros. La resistencia indígena es de poder sobrevivir, vivir en nuestras tierras”.

Lourdes García

6 de marzo de 2010

“El sueño americano”: el camino, un infierno.


















Los migrantes sólo tienen en su mente un objetivo: cumplir el “sueño americano”. Cada año, un millón de centroamericanos dejan atrás sus hogares prometiendo a su familia que, a su regreso, “todo será mejor”, pero muchos de ellos se quedan en el intento.
No importa cómo llegar la esperanza es grande, encontrar un trabajo y tener mejores condiciones de vida, es lo más importante, así tengan que arriesgar su propia vida.
Llegan de todas partes de Guatemala, Honduras y El Salvador, el punto de partida es la estación de Tapachula, en Chiapas, México, para abordar el tren que creen será su pasaje a una vida nueva, con un poco de dinero y, sobre todo un sueño, es suficiente.
Durante su viaje, enfrentan muchos peligros como los agentes de migración, las maras y los propios del tren en sí. Muchos logran llegar al norte, pero ese mismo tren deja a muchos otros a la suerte, con corazones rotos, amputaciones o macheteados en la línea férrea.
La mayoría de los indocumentados centroamericanos atraviesa México a bordo del ferrocarril que conecta a los estados del sureste, conocido como “el tren de la muerte”, por los peligros que corren los migrantes que viajan como polizones encima de sus vagones.
Sin embargo, en su camino, varios de ellos han sido secuestrados en el sur del Estado de Veracruz. Esta parte del territorio mexicano, funge como corredor migratorio entre las ciudades de Tenosique y Coatzacoalcos, el cual se ha convertido en uno de los puntos críticos para los migrantes centroamericanos, ya que aproximadamente casi tres mil centroamericanos (según un informe de la CNDH para 2009) fueron secuestrados en las colonias cercanas a las vías del ferrocarril que conecta con Medias Aguas, donde se ha instalado toda una industria que vive de los migrantes: posadas baratas y fondas son lo que abunda.
Muy cerca, también se han instalado las casas de migrantes de la iglesia católica, pero llegar hasta ahí representa todo un reto, ya que muchos de los secuestros se presentan en el acceso al municipio.
Existen varios grupos delictivos en esta región de México los secuestradores de migrantes lo hacen con el propósito de conseguir información de sus familiares en Estados Unidos y sus países de origen, para exigirles por su liberación cantidades que oscilan entre los 2.5000 y los 5.000 dólares.
El 90% de estas bandas delinquen en el estado sureño de Chiapas, fronterizo con Guatemala, donde cometen toda clase de crímenes.
Por otra parte, las “maras” que son bandas de centroamericanos, principalmente salvadoreños y hondureños, constituidas inicialmente en EE.UU., suelen desplazarse en trenes de carga que circulan por el sur de México, los mismos que usan los migrantes indocumentados, éstos tienden a establecer relaciones con organizaciones mexicanas de traficantes de narcóticos, además de vincularse con estos grupos para la trata de personas, asaltos, extorsiones, homicidios, secuestros, violaciones y falsificación de documentos.
Según el informe de la CNDH, el 55 por ciento de los secuestros se realizaron, sólo para 2009, en los estados del sur del país; el 11.08 por ciento en las entidades del norte; y el 1.2 en la zona centro. Los estados de Veracruz y Tabasco van a la cabeza de los plagios realizados. Los casos en el resto de las entidades son: Tamaulipas con 912; Puebla 92; Oaxaca 52; Sonora 45; Coahuila 17; San Luis Potosí 15; Estado de México 6; Guanajuato; Nuevo León y Tlaxcala 5 casos cada uno. El 67 por ciento de los secuestrados procedían de Honduras; el 8 por ciento eran salvadoreños; y el 13 por ciento guatemaltecos, también se han detectado migrantes secuestrados procedentes de Nicaragua, Ecuador, Brasil, Chile, Costa Rica y Perú.
Los migrantes secuestrados han revelado el madrinaje entre la delincuencia y los policías de diversas corporaciones: federales, estatales y municipales, e incluso algunos hablan de posibles militares inmiscuidos en la “industria” del secuestro.


Lourdes García

5 de febrero de 2010

"El reino escondido"


Cuando viajamos a La Paz, Bolivia, pensamos en el panorama hermoso de la cordillera de los andes y sus valles que después encontramos, sin embargo son pocos los que llegan a imaginar que en esos hermosos valles tropicales encontramos un “reino escondido” de los afro bolivianos. Es posible ver a hermosas cholitas afro bolivianas con su peculiar pollera (amplias faldas) y su sombrero de fieltro, caminando por las calles de Coroico o la imagen de ellas en los sembradíos de coca.

La comunidad afro boliviana representan menos del 1% de la población Boliviana, sin embargo, está comunidad son bastante unidos y se consideran cien por ciento bolivianos, el 70% de los Afro bolivianos viven en el norte y sur de La Paz y el 30% restante en los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba.

Los afro bolivianos fueron traídos de África en condiciones infrahumanas como esclavos para trabajar en las minas de Potosí, de acuerdo a los reportes de la Audiencia de Charcas, en el siglo XVI, se contaban con africanos provenientes del Congo, Senegal y Angola.

En 1953 mediante Decreto de Ley N° 3464 se abolió el "pongueaje" y "mitanaje" (el trabajo gratuito y la servidumbre), lo que favoreció a los afro bolivianos ya que los libró de la esclavitud, así mismo se les otorgó tierras (hasta más de tres hectáreas de tierra) donde viven y trabajan actualmente. En 1992 se llevó a cabo la Primera Asamblea de Naciones Originarias y del Pueblo, en la que participaron varias direcciones de las organizaciones Originarias e Indígenas a la cabeza de la CSUTCB y la CIDOB, la misma tenía el objetivo de que las Naciones Originarias y el Pueblo cuenten con un instrumento de poder y unidad, que constituya interlocutor válido para el todo el pueblo, que recupere su territorio y sea portador de los contenidos ideológicos de: clase, nación identidad y cultura, para la construcción de un Estado Multinacional, Pluricultural, Plurilingüe, Socialista Comunitario, Democrático con dignidad, participativo, con respeto mutuo entre los pueblos originarios, clase media empobrecida, pueblos mestizos y pueblo negro.


Sin embargo, actualmente aún viven en condiciones de exclusión y pobreza, aún a pesar de que en la Nueva Constitución Política del Estado, se les reconoce como parte de la población boliviana, en su Artículo 3 “La nación boliviana está conformada por la totalidad de bolivianas y bolivianos, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afro bolivianas que en su conjunto constituyen el pueblo boliviano”.

Los afro bolivianos migran a los centros urbanos en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo, ya que la mayoría de la población se asienta en comunidades lejanas y marginadas sin los servicios básicos necesarios.

Por otro lado, en cuanto a la tenencia de tierra, son pocos los afro bolivianos que tienen títulos de propiedad de sus tierras y las propiedades comunitarias que poseen, pertenecían a sus antiguos patrones. Los terrenos con cultivos permanentes, representan el capital del pueblo.

En los yungas cultivan principalmente coca, la que constituye la base económica del hogar y que es la fuente fundamental de la economía de la comunidad, también cultivan café, cítricos, plátano, yuca, papaya y cereales para autoconsumo.

Los Yungas es una de los dos lugares en Bolivia donde la coca puede ser cultivada legalmente, en cantidades limitadas. Los bolivianos la vienen cultivando desde hace siglos, desde los tiempos del imperio Inca. Los cocaleros afro bolivianos han adoptado esta tradición indígena y trabajan intensamente plantando y cosechando arbustos de coca.

Irene Morales, una mujer afroboliviana, trabaja en sus arbustos de coca descalza, en su pequeño y empinado pedazo de tierra.

"Quizás ya no seamos esclavos, pero nosotros, los afros, somos muy pobres, lo cual es muy similar a la esclavitud", dice con un puñado de hojas de coca en la mano.


Lourdes García