26 de abril de 2010

La resistencia de los indígenas del Cauca


La resistencia indígena comunitaria del Cauca, encuentra su origen y se nutre de la resistencia histórica o ancestral de los pueblos indígenas asentados en este departamento, en la parte suroccidental de Colombia.
Actualmente, están conformados por nueve pueblos indígenas que se asientan en 77 resguardos (comunidades) y que representan una población estimada en 255.486 indígenas.

En forma ejemplarizante, desde su resistencia ancestral, los pueblos indígenas de Colombia han logrado pervivir a distintas violencias, en las últimas décadas se han convertido en importantes actores sociales y políticos, y aportan al proceso de construcción de paz en este país.

Los pueblos indígenas del Cauca, generadores del movimiento indígena en Colombia, en los últimos treinta años se han comprometido con propuestas y acciones no violentas en torno de la recuperación, el fortalecimiento y la protección de sus culturas, su ejercicio de autonomía, y el desarrollo de un proyecto político que ellos identifican como la “construcción de un nuevo país y un mundo posible y deseable", esta visión es similar a la de los zapatistas en Chiapas.

La resistencia indígena del Cauca es histórica, compleja, y fuerte. Ésta constituye una experiencia de construcción de paz desde la base y mediante mecanismos no violentos. Tiene características propias, se expresa en escenarios locales y zonales que se articulan en el regional, y en diversas propuestas y estrategias. Todas ellas se alimentan y retroalimentan dentro de dinámicas propias y participativas, y diversas estructuras que han hecho posible la unidad en la diversidad.
Este departamento se ha caracterizado por la persistente huella de la historia en la generación de profundas desigualdades, diversas formas de exclusión e injusticia social; la composición multiétnica y pluricultural de su población; expresiones de acumulación de riqueza y de pobreza extrema; presencia de diversas modalidades de violencia; y la emergencia y consolidación de movimientos sociales, iniciativas de paz desde la base y experiencias de resistencia civil.
En el contexto actual, en el marco de la política de seguridad democrática del Estado, se ha registrado una mayor militarización de las comunidades, dado que además de la tradicional presencia de los actores armados que se asientan en el territorio, ha ingresado la Policía Nacional, se han instalado Batallones de Alta Montaña, y se han conformado soldados campesinos y redes de informantes.
Las diversas formas de resistencia indígena del Cauca, están visiblemente marcadas por experiencias que han sido generadas desde las bases, en lo local, zonal y regional, estas experiencias no han emergido como producto de iniciativas o imposiciones desde afuera, sino desde la iniciativa de sus necesidades, aspiraciones y procesos propios, las cuales son acciones colectivas en torno de la transformación de la realidad.
La fuerza convocante de los valores que defienden o banderas de lucha, como la vida, la autonomía, la cultura, el territorio, la unidad, la integridad de sus comunidades, el reconocimiento de la diversidad étnica, y propuestas alternativas de desarrollo propio, desde su cultura y necesidades. También, su oposición a modelos económicos homogeneizantes, como la globalización y el tratado de libre comercio.
La incidencia de la planeación en la emergencia de las experiencias, su desarrollo y proyección, y en el ejercicio de la resistencia no violenta. En tal sentido, se educa a las comunidades para asumir esta resistencia, se construyen de manera participativa y comunitaria los planes y manuales de resistencia civil, y estos procesos a su vez son concebidos como planes de vida de los pueblos indígenas.
Cuando el conflicto armado se expresó con intensidad en sus territorios en detrimento de sus banderas de lucha, la resistencia indígena se ejerció también contra esta modalidad de violencia y todos sus actores, mediante estrategias no violentas como el diálogo, la “guardia indígena”, los manuales de resistencia civil, la formación para la resistencia civil, las asambleas permanentes, las movilizaciones masivas, las mingas en resistencia, los pronunciamientos de autonomía y acciones directas no violentas para la protección de las comunidades, la defensa de la autonomía y la liberación de secuestrados.
Las estrategias de resistencia civil indígena también han consistido en movilizaciones masivas, como la realizada en septiembre de 2004 que convocó aproximadamente a 70.000 indígenas; decisiones de congresos regionales y zonales que han dispuesto como forma de intercambio el trueque de productos entre cabildos y zonas, y el consumo de los productos que se cultivan en los resguardos para no depender de los que se traen de afuera; la capacitación sobre el significado y el impacto de la globalización; y las relaciones interétnicas, entre otras.
En términos generales puede afirmarse que la resistencia indígena comunitaria del Cauca se ha ejercido en forma integral, como mecanismo de lucha y de defensa, contra la violencia estructural, la violencia del conflicto armado y el modelo económico neoliberal.
Así, para poder enfrentar y resistir esta embestida, su resistencia está condicionada a sus principales fortalezas comunitarias, como lo es la unidad, ya sea como mecanismo de lucha política o como sistema de defensa frente al conflicto armado.
Por otra parte, se destaca la particular concepción indígena de la educación, como una responsabilidad que desborda la tradicional relación entre docente, estudiante y escuela, para comprometer a la familia y a la comunidad en general. En igual forma, la diversidad de espacios educativos como el fogón, las asambleas comunitarias, los congresos zonales y regionales, los encuentros, los centros de educación y los rituales.
Otro factor que fortalece la resistencia indígena comunitaria del Cauca, es el pensamiento estratégico de los pueblos indígenas, ya que equivale a actuar en el presente, es decir, pensando en el futuro, previendo los costos y los beneficios de las acciones, dando un paso adelante.
En cuanto a la organización comunitaria, ésta es una de las principales estrategias de la resistencia indígena comunitaria del Cauca, ya que soporta su ejercicio y la dinamiza, al punto que sería imposible hablar de procesos de resistencia civil indígena prescindiendo de ella.
La participación comunitaria es pieza relevante, ya que por medio de asambleas comunitarias y los congresos regionales, congregan en espacios de hasta 6 días a colectivos integrados por 2.000 ó 5.000 indígenas, y se han registrado congresos de gran magnitud como el realizado en Jambaló en diciembre de 2002 que convocó a 17.000 indígenas.
También, se aprueban iniciativas para proyectos productivos, se decide el gasto de los presupuestos de las localidades y la distribución del mismo.
La estrategia de las asambleas permanentes, consiste en la identificación comunitaria de sitios próximos a las localidades, en los que las comunidades pueden refugiarse y deliberar para protegerse del impacto del accionar de los actores armados o de las confrontaciones entre éstos, pudiendo regresar a sus lugares de origen una vez se haya conjurado el peligro. Estos sitios son adecuados como centros de acogida, en ellos se guardan provisiones y se instalan unidades sanitarias.
La guardia indígena, constituye una de las más importantes estrategias de la resistencia indígena comunitaria de los pueblos indígenas del Cauca, pues se destaca porque no sólo recibe la formación estrictamente relacionada con su misión de protección, sino también y en forma complementaria en derechos humanos, derecho internacional humanitario y mecanismos alternativos de resolución de conflictos.
En cumplimiento de su misión la “guardia indígena” acompaña las movilizaciones masivas de los pueblos indígenas; los congresos regionales; afronta a los actores armados sin armas, sólo con la persuasión y el diálogo; brinda la seguridad a visitantes destacados durante su visita a los territorios indígenas.
Es así como vemos que las diversas estrategias de resistencia son más que la lucha, en ella emana la construcción de espacios autogestivos, los cuales se asientan bajo principios del equilibrio y la armonía; pero también, de la necesidad urgente de proteger la vida, las autoridades, el territorio, la autonomía, la cultura, los procesos organizativos, los planes de vida, las experiencias de resistencia civil indígena, y la superviviencia de los pueblos.

“(...) la resistencia indígena, no es de fuerza. Es una resistencia del control, y de que tenemos que defender la vida de cada pueblo indígena, de cada uno de nosotros. La resistencia indígena es de poder sobrevivir, vivir en nuestras tierras”.

Lourdes García